Seguramente, muchos de nosotros limpiamos nuestros cristales con una esponja, los secamos y luego los pulimos con un periódico. Este es y sigue siendo uno de los mejores consejos para mantener tus cristales impecables. Sin embargo, existen diversas opciones que os brindarán también un excelente resultado a esta tarea de limpieza.
Una infinidad de trucos para la limpieza de tus cristales
Seguir uno o algunos de los consejos para mantener tus cristales impecables, aparte de brindar armonía a los espacios de tu casa, también te otorgarán el triunfo el poder eliminar esas manchas antiestéticas y difíciles de desaparecer que caracterizan a los cristales. Sólo debes armarte de paciencia y disposición para lograr éste objetivo.
Uno de los consejos más efectivos para mantener tus cristales impecables es colocar media taza de vinagre blanco en un litro de agua y aplicarlo a tus cristales con un paño de microfibra o con un periódico, todos los residuos quedarán en el paño. Si luego de esto, los secas con papel periódico, el resultado será mucho mejor.
Si las manchas de tus cristales son muy difíciles de eliminar, utiliza cinco tacitas de jabón líquido disuelto en agua. Luego aplícalo sobre las manchas, déjalo actuar durante varios minutos y limpia con una esponja las manchas más arraigados al cristal. Procede a secarlo con un paño sin pelusas, y termina la tarea puliendo con unas hojas de periódico para que brillen de limpieza.
Si los vidrios en cuestión son cristales de ventanas, recuerda añadir a la mezcla un producto especial para ventanas. Recuerda que los marcos de madera se pueden limpiar con una mezcla de leche y agua fría para que reflejen el brillo. Por otro lado, los marcos de aluminio deben limpiarse con agua caliente y jabón para que queden realmente limpios.
Si tus cristales ya han acumulado mucho polvo y residuos utiliza una patata o cebolla para frotarla sobre los vidrios, luego rocía el cristal con una mezcla de vinagre y agua tibia y luego sécalos con unas hojas de papel de periódico. Tus cristales quedarán relucientes y limpios.
Si el problema en tus cristales son marcas de huellas, puedes diluir algunas cucharadas de alcohol en una porción de agua y empapar una toalla de cocina para frotarlo sobre los cristales. Luego procedes a secarlos con papel periódico. El resultado serán unos cristales perfectamente limpios.